Como fin de ciclo a
nuestras entradas sobre como los niños se desarrollan en las diferentes áreas
(estando todas ellas conectadas, pues a los niños no se les puede entender sino
es desde la globalidad) a continuación os hacemos llegar algunas ideas para que
sigáis estimulando a vuestros bebés y proporcionándoles un ambiente rico para
que puedan desarrollar todas sus capacidades.
¡Que disfrutéis de esta
entrada!
Desarrollo
cognitivo:
A lo largo de este
periodo es muy importante que los padres respondáis a cualquiera de las señales
que vuestro bebé os transmita.
Es importante
favorecer el contacto físico con el bebé, ya que favorecerá la relación
afectiva con su hijo y además el bebé le transmitirá los primeros intentos de
comunicación a través del llanto, la sonrisa, expresiones faciales, la mirada… gracias
a las cuales vuestro hijo os comunicará sus necesidades.
Es necesario
estimular la comunicación hablándole, cogiéndole en brazos, dándole de comer, y
proporcionarle el afecto que necesita.
Es bueno aprovechar
de los momentos del cuidado del niño como es la hora del baño, de la comida,
momentos del juego, para establecer una buena relación y disfrutar con vuestro
hijo. Por ejemplo darle el pecho o el biberón no solo se convierte en una
situación de nutrición si no en un momento de comunicación e interacción con su
hijo. Será importante el contacto con la mirada, hablarle, estimularle a través
del tacto (con caricias, masajes). El acto de dar de mamar es el primer aprendizaje
de los turnos de comunicación.
A partir de los
tres meses, es bueno proporcionarle diversos tipos de objetos variados para
explorar. Es Importante ofrecerle gran número de estímulos de la casa,
auditivos (aun prefiere la voz humana al ruido de los objetos), visuales. Su
interés por experimentar con cosas nuevas aumentará a medida que crezca y será
óptimo para su crecimiento que pueda experimentar con gran variedad de
estímulos en su hogar.
Realizar juegos que le
ayuden a ir integrando los diferentes estímulos y desarrollar nuevas
capacidades. En este sentido los juegos de esconder
objetos o escondernos nosotros mismos tras un pañuelo para aparecer
(conocido como el juego de “tat” y que el pequeño busque y encuentre potencia
la capacidad de atención y memoria, así como la permanencia del objeto (los
objetos existen aunque no los veamos, mi mamá está ahí aunque yo no la vea). Así
pues podéis empezar escondiéndoos vosotros tras sus pies en el cambiador o tras
un fino pañuelo y después pasar al objeto con juegos muy sencillos como
esconder cosas debajo de paños y que los busque e ir complicándolo poco a poco.
Por ejemplo, colocar tres paños y que solo debajo de uno de ellos este un
objeto que haga ruido, el pequeño tiene que detectar la música y saber de donde
proviene.
Los
juegos de observación también permiten que el pequeño capte la atención
y la mantenga, mirando cosas que le motiven. Cualquier cosa que llame su atención,
ponérsela a su alcance y que lo manipule.
Juegos
frente el espejo. Colocar a los bebés frente al espejo, que
se vean, que se reconozcan y que vean y reconozcan a los demás, explorando su
cuerpo y aprendiendo también el esquema corporal con juegos de mirar y señalar.
Juegos
de imitación. Enseñar a los bebés pequeños actos de
imitar, al principio muy simples (mover la cabeza, sacar la lengua, hacer los
“5 lobitos”, palmitas…etc.) y cada vez mas elaborados
Juegos
de encajar y puzles. Pasada la barrera de los 12 meses los
encajes y los puzles les ayudan a desarrollar la habilidad de emparejar, buscar
la forma adecuada, reconocer formas, completarlas, la atención…etc.
En definitiva, se tratan
de actividades planteadas siempre como juegos y en compañía de un adulto que
dirige y supervisa, complicándose cada vez más.
Desarrollo
del habla
Para desarrollar lenguaje
un requisito básico es querer comunicarnos, tener de otro con el que compartir,
por ello desde el nacimiento hay que hablar a los pequeños, directamente a
ellos, a la cara y modulando la voz, haciendo cambios de tono y de volumen.
Reaccionar a cada sonido que emita el pequeño, crear espacios donde
interacciona e incitándolo a repetir. Durante el primer año hacer ejercicios
con la lengua y con el aire (soplar velas, mover la lengua, empezar con los sólidos
blandos) ayudara a que la musculatura se haga mas fuerte.
Es importante que cada vez
que hablamos a nuestro bebé le demos un tiempo de respuesta, aunque solo
responda con un sonido, estamos enseñándole los turnos de conversación, primero
habla uno y luego el otro contesta.
Desde bien pequeños gozan
de escuchar canciones, especialmente si les cantamos mirándoles a la cara y haciendo
gestos. Es probable que nos pidan las canciones que prefieren mediante los
gestos que acostumbramos a hacer en estas.
Es bueno que expliquemos
al bebé lo que vamos a hacer siempre anticipándoles lo que vendrá. Aunque ellos
no tengan todavía la capacidad de expresión del lenguaje, son capaces de
entender lo que les explicamos. Con este ejercicio, que puede llegar a
convertirse en una rutina, conseguimos que el vocabulario de los niños sea más
amplio. Puede ser tan sencillo como por ejemplo explicarle que partes del
cuerpo le vamos limpiando cuando está en la bañera y poco a poco ira aprendiendo
cuáles son sus partes del cuerpo.
Desarrollo
motor
A partir de los 9
meses el niño amplía sus posibilidades de movimiento y desplazamiento, por lo
que necesitará espacios más amplios que no limiten sus posibilidades de
exploración y de movimiento. Tendréis que proporcionarle seguridad, delimitando
la zona donde pueda moverse, retirando los objetos peligrosos, esquinas,
aparatos eléctricos, enchufes.
A partir de los 3 meses
debemos ir poniendo durante algunos minutos, siempre antes de las comidas, al
bebé boca abajo con una toalla enrollada o el cojín de lactancia bajo sus
axilas, de esta manera ayudamos al bebé a ejercer poco a poco su control
cefálico, cada día aguantará un poquito más, y permitimos que vaya abriendo las
manos que posteriormente le permitirán explorar objetos y ayudarse en el gateo.
Durante los primeros dos
años el principal hito de los niños es adquirir la marcha autónoma y
perfeccionar la coordinación mano ojo, aprendiendo ha hacer cada vez
movimientos mas precisos de las manos.
Por ello durante el primer
año hay que darle un ambiente rico para poder desplazarse. Pero para ello antes
tendrá que adquirir control cefálico, aprender a voltearse solo, a ponerse de
cuatro patas y a levantarse con apoyo y sin apoyo.
Durante los primeros meses
boca arriba podéis facilitar objetos a lado y lado del bebé para que tenga que
voltearse para cogerlos, objetos con música y que sean atractivos, al tiempo
que le ayudáis a voltearse presionando levemente la cadera.
Boca abajo podéis ayudar a
que el pequeño adquiera el control de la cabeza colocando un objeto que le
interese delante y ayudándole apoyando una de sus manos o brazo como punto de
apoyo.
Para estimular el
desplazamiento autónomo, ya sea gateando o reptando es muy útil poner algún
juguete atractivo para el niño cerca de él pero fuera de su alcance. De esta
manera propiciaos que tenga motivación para querer llegar hasta el objeto.
Para ayudarlo a fortalecer
la musculatura de las piernas y el gateo podemos colocar al bebé de cuatro
patas y ayudándolo poner objetos que le atraigan delante.
Para estimular que apoye
sentado, se puede ayudar con cojines que lo sostengan y que se van retirando.
Hacia los 9-10 meses
empiezan los juego de tirar objetos, el bebé disfruta de lanzar objetos fuera
de su alcance para que el adulto lo recoja y se lo devuelva para poderlo volver
a lanzar. Puede resultar un juego agotador pero muy interesante en lo que se
refiere a la interacción y la comunicación.
Y para estimular la marcha
autónoma primero hay que proporcionarle un entorno en el que deambular a gatas
para poder buscar elementos de soporte para posteriormente poder ponerse en
pie.
A medida
que el niño va adquiriendo habilidades se le ha de ayudar a participar en las
actividades cotidianas del hogar, dándole tareas a hacer como ordenar y recoger
juguetes, ayudar a llevar algún objeto, comenzar a comer solos… son situaciones
que le resultan muy atractivas además de aprender normas y comportamientos
sociales.
Sociabilización
Somos seres sociales, por
lo que los bebés han de aprender a estar con otras personas desde su
nacimiento. Durante los dos primeros años darle un entorno de figuras de
referencia estable le ayudara a sentirse a gusto y apegarse, creando vínculos. También
es la edad en la que se han de introducir niños por lo que ir al parque es
básico.
Actividades en
exclusividad con el niño, hablarle, miraos juntos en un espejo, sonreír, ser
muy gestuales y expresivos, dejarle que explore a los adultos (los toque, los palpe)
son actividades que podéis hacer con vuestros bebés.
Será bueno que las figuras
de referencia para él le digan y corrijan cuando realiza comportamientos o
actitudes que no son las adecuadas, como podrían ser gritar en el médico, dar
pataletas en el supermercado.
A partir de los 2 años es
un buen momento para introducir, poco a poco, los modales, cuando decimos por
ejemplo ‘por favor’, ‘gracias’, etc.
Alimentación
Ayudar a que le niño
interiorice buenas actitudes para con la comida es importante.
Para ello es vital que una
comida como mínimo se conciba como una actividad en familia.
Durante los dos primeros
años hay que promover en los pequeños pequeñas ejercicios para pasar de blandos
a sólidos, que experimente con la comida, mantener unos horarios claros y
coherentes, realizar un ritual de comida que sea siempre el mismo…etc. Recordar
que el momento de la comida ha de ser un momento placentero y de comunicación
con el resto de integrantes de la familia.
A partir de los 2 años los
padres deben hacer el esfuerzo de intentar hacer una de las comidas con sus
hijos, debemos entender que a ellos ya no les gusta comer solos, prefieren
hacerlo juntamente con el resto de la familia.
Sabemos que hay niños en los
que el momento de la comida no es precisamente un disfrute, son los niños a los
que no les gusta comer y si lo hacen, comen poca cantidad. No desesperéis, un
buen consejo es que grabéis una comida cuotidiana, al mirarla y poder observar
la situación posteriormente, nos daremos cuenta de que conductas hace que nos
pongamos nerviosos e intentemos cambiar nuestra manera de actuar, ya que en
muchas ocasiones los adultos, sin darnos cuenta, caemos en la provocación de
los pequeños.
Hábitos
Durante los dos primeros
años depende del adultos para todo pero puede empezar a ayudar a:
Ponerse la ropa:
empezaremos con incitarle a que se quite gorro, zapatos, chaquetas por si solo
y pasaremos a actividades mas difíciles conforme vaya creciendo.
En el baño, dejarle que
ayude a jugar con el agua, a salpicar y a empezar a tirarse agua es el paso
previo a empezar a ayudar a ducharse y adquirir buenos hábitos para con esta
actividad.
Se
pueden utilizar las rutinas diarias relacionadas con las necesidades básicas
para interactuar con el niño y ayudar a que éste se implique, como es que
aprenda a comer variado, a dormir solo
Evitar actitudes de sobreprotección o muy rígidas para
garantizar un buen equilibrio entre la autonomía personal y la dependencia
afectiva.
Para la adquisición de hábitos es una buena idea
establecer una rutina de horarios que se altere solo de manera ocasional. Un
buen ejemplo seria levantarnos siempre a la misma hora, respetar las horas de
las comidas y las horas de siesta, rutinas en la hora de la cena, el baño y
dormir. Tener un horario establecido permite a los niños anticipar lo que
vendrá.
Bibliografía
El niño de 0 a 3 años.
Guía de atención temprana de La Rioja.
Guías del Departamento de Benestar Social y Familia. Programa: Crèixer amb tú: els infants de 0 a 18
mesos. Vila, Ignasi. 2007. 2ª ed. Barcelona: Generalitat de
Catalunya, Departament d'Acció Social i Ciutadania, Secretaria de Polítiques
Familiars i Drets de Ciutadania, DL 2007.
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